Hay un aspecto de la Estrategia Personal que suele pasar desapercibida quizás porque lo impregna todo. Me refiero a la Comunicación.
Cuando hablamos de Redes Sociales, de Networking, de Hablar en Público o de crear un Blog o un Podcast, hablamos de Comunicación.
La Propuesta de Valor, la Confianza, la Sintonía o los Conocimientos, no sirven de nada si no comunicas o si lo haces mal.
La Comunicación es nuestro vínculo con el Mundo, es el cincel con el que vamos a moldear la huella que queremos dejar en los demás.
Es posible que seas le leche en lo tuyo, que tengas un historial impecable o que seas encantador, pero puede que eso se quede en nada si, a la hora de la verdad, eres incapaz de transmitirlo como corresponde.
Tus palabras hablan por ti
Reconozco que me asombra la falta de vocabulario de la gente más joven (aunque nadie está libre de pecado). Tengo ejemplos cerca y lo veo en mis clases. Quizás se deba a la casi absoluta eliminación de lectura de libros, especialmente en papel. O posiblemente se deba al lenguaje minimalista y adulterado de Medios de Comunicación y Redes Sociales.
El lenguaje nos hace humanos y si lo reducimos, quizás estamos perdiendo parte de esa humanidad. El lenguaje moldea nuestros pensamientos, por eso muchos políticos se empeñan en hacernos hablar como ellos quieren para manipularnos mejor.
Si quieres dejar huella, Marca Personal, necesitas dominar lo que te conecta con el mundo. Incluso esa obsesión por la diferenciación que existe entre mucha gente, puede resolverse si eres capaz de utilizar las palabras mejor que la mayoría.
Una palabra vale más que mil imágenes
Quizás sea una cuestión generacional, pero cuando busco información o cuando quiero aprender algo, prefiero el texto al vídeo. En un texto puedes leer en diagonal, con un vídeo no puedes hacer algo parecido.
Si te fijas, al final todo pasa por escribir. Incluso cuando vas a crear un «reel» o un Podcast, seguramente has escrito un guion. Cuando preparas una charla o plasmas tus ideas en un blog o en un artículo, antes has pasado tus palabras de tu cabeza a un papel o una pantalla. Y de los Wasaps y similares ni te cuento.
Pues bien, es en esas situaciones en las que alguien va a ver lo que escribes, donde te la juegas. ¿Qué huella deja alguien que tiene un aspecto impecable pero que es incapaz de escribir tres palabras sin faltas de ortografía? ¿De qué me sirve que me trates de convencer que eres muy creativo si te limitas a escribir con frases hechas?
Vale escribir o leer un texto cuesta más que grabarlo o verlo y quizás tenga menos lecturas o visitas. Pero ahí está la Piedra de Rosetta o el Libro de Kells y seguramente ya te has olvidado de la última serie a la que dedicaste 8 o 10 horas de tu vida.
Sin palabras
Pero el impacto que dejas no se basa sólo en palabras, sino también en lo que no dices. No me refiero a los silencios o las pausas, que también forman parte de la comunicación igual que en música, si no a tu comunicación no verbal.
Tus gestos, tu cara, tus manos comunican tanto o más que tus palabras. Por eso hay que saber gestionarlo.
Creo que se han perdido los modales, las reglas de comportamiento. Hoy, comportarse siguiendo una mínima etiqueta, parece que está mal visto. Pero precisamente, cuando tanta gente parece que está involucionando como especie, aquellos que manejen bien su comunicación no verbal y se comporten como seres civilizados puede marcar la diferencia.
Cuéntame una historia
¿Cuánto tiempo hace que no te quedas embobado escuchando una historia? o algo peor, ¿Cuándo fue la última vez que narraste algo con ilusión?
Quizás, todo esto del «storytelling» se ha puesto de moda porque hemos perdido la capacidad de encandilar contando las cosas con gracia, con pasión o generando intriga.
Las historias necesitan tiempo para contarlas y para escucharlas. Y eso parece que no abunda… y los nuevos medios no lo favorecen.
Pero si eres capaz de moldear tus palabras para crear algo de lo que sea difícil desconectar, estarás dejando un recuerdo más profundo que doscientos vídeos haciendo el chorra en TikTok. Incluso seguramente conseguirás que esa historia sea contada por otros.
Escúchame
Pero la comunicación ya era dospuntocero antes de lo dospuntocero, al menos la de más corto alcance. Es decir, que es bidireccional. Y para que eso ocurra, también hay que dejar espacio. Hay que escuchar.
Reconozco que tengo tendencia a interrumpir, quizás por eso no soy coach. Pero para comunicar bien, hay que escuchar mejor.
Escuchar es lo que te va a permitir identificar oportunidades, entender las necesidades de las otras personas o cambiar tus creencias o tu actitud.
Como te digo, la comunicación es el cemento que une todo lo que forma parte de la Estrategia Personal. Las palancas que vas a mover para conseguir lo que quieres sólo son piezas sueltas si no conectas con el mundo exterior mediante palabras o gestos.
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